Concluye la operación de clausura y sellado del antiguo vertedero del Garraf y se acelera su integración al parque natural

• Infraestructuras
• 19/11/2021

· La actuación de la CON salvaguardia el medio ambiente y aprovecha el biogás que generan los residuos soterrados para producir la energía eléctrica que consumen más de 9.000 hogares

· Avanzan los trabajos de restauración ambiental del espacio con la recuperación de flora y fauna autóctonas, como el águila perdicera, una especie amenazada en todo España

La CON ha finalizado las obras de sellado y clausura del antiguo depósito controlado de residuos del Valle de en Joan, situado dentro del Parque del Garraf, uno de los proyectos de más magnitud del área de Ecología de la CON. Hoy, 19 de noviembre, representantes del CON, la Generalitat de Cataluña, la Agencia de Residuos de Cataluña y los ayuntamientos de Gavà, Begues y Sitges han expuesto sobre el terreno el resultado de la operación a los medios de comunicación.

Eloi Badia, vicepresidente del CON, ha declarado que “ahora concluye el segundo momento clave en la historia de este espacio. El primero fue cuando conseguimos dejar de llevar residuos, ya al 2006. En este tiempo hemos estado capaces de asegurar un nuevo futuro por esta parte del parque del Garraf, y solucionar los contratiempos que un vertedero de estas características provoca en un espacio así. Como CON, encaramos el reto de mejorar la gestión de los residuos orgánicos, pero esto también pasa para cerrar viejas heridas, como la que supone este antiguo depósito”.

 Los trabajos de sellado han consistido en la impermeabilización del terreno que hay sobre la masa de residuos, para evitar que el agua de lluvia se infiltre y genere lixiviados, unos compuestos químicos muy contaminantes. Además, una red de captación y conducción de aguas pluviales minimiza la generación de lixiviados, y un sistema de *bombeig los extrae y los conduce a una depuradora propia, donde son tratados.

 El biogás que libera la materia orgánica en descomposición (que también es contaminante y uno de los principales gases invernadero) se recoge y se trata en una central específica, donde se transforma en energía eléctrica, que después se vende en la red. La electricidad generada mediante este sistema alcanza el consumo de más de 9.000 hogares

Recuperación ambiental

Más allá de la clausura, el espacio ocupado por 26,6 millones de toneladas de residuos necesita una restauración ambiental para acontecer de nuevo una pieza clave del mosaico del macizo del Garraf. Con la clausura se ha recuperado la función ecológica del ámbito como zona de nidificación de aves migratorias, que ya se observaba antes del inicio de la restauración el diciembre del 2018.

Las mejoras paisajísticas incluyen la siembra de prados, la hidrosiembra de taludes y la creación de cuatro balsas naturalizadas para recoger las aguas de escorrentía y como zonas húmedas para la fauna del parque. Una vez finalizadas las obras, el periodo previsto de mantenimiento y control después de la clausura se extenderá un mínimo de 30 años.

El proyecto de clausura y sellado también ha propiciado el retorno de especies animales propias de los entornos abiertos. Así, las actuaciones de sellado e impermeabilización se han ido adaptando al ritmo de la evolución del ecosistema para permitir a la fauna desarrollar su ciclo natural. Una de las especies más importantes es el águila perdicera, que está catalogada como amenazada en todo España.

Entre los años 2001 y 2003 se ejecutó la clausura y restauración de la zona inferior del depósito —Zona Y y Zona II—, en total unas 20 hectáreas del término municipal de Gavà. En aquel momento, en que el vertedero seguía recibiendo residuos, el CON pasó a tener la competencia de la gestión del espacio, acompañada de la responsabilidad de minimizar los efectos sobre el medio ambiente.

Posteriormente, entre los años 2008 y 2010, se ejecutó una segunda fase de restauración física, concretamente a la parte baja de la Zona III, que daba continuidad a la restauración de los años 2001-2003.

El diciembre del 2018, como resultado del convenio con la Agencia de Residuos de Cataluña, que aportó la financiación necesaria de 33,4 millones de euros, empezaron las obras de clausura de la superficie pendiente (Zona III y Zona IV), unas 44 hectáreas pertenecientes al término municipal de Begues.

A principios del verano del 2019, la fase 1 se podía considerar funcional desde un punto de vista ecológico, puesto que se restituyó la cadena trófica en un tiempo récord: 7 meses. Así mismo, se logró la reactivación de la actividad microbiana del suelo, la presencia de invertebrados, la cobertura vegetal y la presencia de aves como el cernícalo común y pequeños mamíferos.